Ibn Firnás y el sueño de volar
Tanto el éxito como fracaso resultan inherentes a la existencia. Ambos deben servir para seguir caminando
Situémonos en una época en la que Londres o París no eran si no pueblos de escasa importancia. En pleno medievo Al Andalus y su perla, Córdoba, constituían el epicentro del mundo intelectual. A mediados del s. IX Córdoba contaba con más de sesenta bibliotecas. Sólo la librería de los Omeyas llegó a contener más de 400000 volúmenes. La gran mayoría de andalusíes sabían leer mientras que en el resto de Europa la educación solo alcanzaba a nobleza y clero.
En ese contexto de efervescencia cultural surge nuestra figura de hoy, Ibn Firnás. Nacido en Ronda en el año 810 se trasladó muy joven a la capital cordobesa con la intención de dedicarse a enseñar música. Los historiadores de la época ensalzan su capacidad en disciplinas tan dispares como la filosofía, la química, la física, la astronomía y la música. Su habilidad para la poesía y la astrología le concedió el pasaporte definitivo para instalarse en la corte de Abderramán II pudiendo desarrollar todas sus vertientes.
A este sabio se le atribuye la invención de la clepsidra o reloj de agua. Fue el primero en desarrollar una técnica para tallar el cristal de agua (cuarzo blanco). Construyó varios modelos de planetarios e incluso, refieren las crónicas del momento, una sala donde se reproducían los fenómenos atmosféricos (lluvia, rayos, etc.). Cómo diseñó este ingenio, sin valerse de la electricidad, es aún hoy un misterio.
Pero si traigo hoy a este personaje no es sólo por su brillantez, que también, si no por su determinación. 600 años antes de los bocetos de Da Vinci y con 9 siglos de diferencia con respecto al globo aerostático de los hermanos Montgolfier, Ibn Firnás pensaba ya en volar.
Poeta afamado, inventor de prestigio, filósofo respetado… Bien instalado en la corte y sin nada que demostrar Ibn Firnás (nombre arabizado de Fernando) le hizo burla al ridículo y siguió avanzando. A los 65 años de edad diseñó el primer prototipo de artefacto volador conocido hasta el momento.
Toda una ciudad contuvo el aliento cuando el primer hombre pájaro de la humanidad se lanzó al vacío desde una cerro cercano a la capital. Unos contaron que agitó las alas un poco, otros que planeó razonablemente. Mas todos coincidieron en que el aterrizaje fue estrepitoso y causó importantes fracturas el erudito.
Ibn Firnás fracasó, sí. Pero me rindo ante un personaje que, habiendo brillado en tantas materias, no tuvo miedo a seguir soñando.
Publicado en Diario de Almería el 09/03/21
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La Decisión del Califa
Cuando Rafa me mostró la Decisión del Califa no pude sino alabar su afamado “radar de librero”. Dio en el clavo, la temática me encantaba, así que acepté el reto de leer esta obra y tratar de escribir una reseña lo más objetiva posible. No estoy seguro de haber cumplido el encargo puesto que reconozco que adoro la Historia y me apasiona Almería. Francisco Gil ha conseguido además que, desde las primeras páginas, ambos amores aumenten en intensidad considerablemente.
Este libro es una novela escrita por un historiador y eso se nota. Con una habilidad magistral Francisco trenza vidas y sentimientos con acontecimientos históricos. Entre sus páginas puedes encontrar auténticas emociones humanas, las que siempre fueron y aún hoy perduran. Ira, rencor, perdón, amor, amistad, culpa y ambición se desgranan en una historia que va creciendo conforme te adentras en el libro. El autor resucita a personajes históricos conocidos y crea otros de ficción. Al poder acceder a sus más íntimos pensamientos acabas conociéndolos a todos profundamente. Te identificas con unos y odias a otros. Este libro consigue lo que toda buena novela debiera: te enfada, te sobrecoge o alivia en función de un ritmo de acontecimientos que sientes como tuyo propio. Y todo esto acontece a la par que vas conociendo mejor la vida de la Almería musulmana, aprendiendo detalles de nuestra historia que desconocías y siendo un observador excepcional de la fundación de nuestra ciudad.
La historia arranca en el año 913 cuando la ambición del recién proclamado emir Abd Al- Rahamán III redibuja nuestra geografía andalusí. Pueblos libres, independizados del control árabe vuelen a caer bajo dominio musulmán merced al fuego, el miedo, la traición o todos estos elementos a la vez. En Fiñana, sí Fiñana, ese pueblecico tan bonico a orillas de la A-92 se desarrolla una cruenta y verídica batalla que resulta el germen de la historia que eclosiona posteriormente. Una que llega a tambalear los cimientos del orden mundial de la época.
Dudo que vuelva a pasear por las calles de esta población sin sentir los gritos de ¡Fiñana Libre! No creo poder admirar su Alcazaba sin recordar la resistencia desesperada que allí se vivió. Y es que Francisco Gil consigue justo eso. Que escenarios de sobra conocidos para los almerienses como este pueblo, el wadi Bayanna o Sierra Alhamilla los redescubras con una magia que no eras capaz ni de imaginar.
La Decisión del Califa es un novelazo en todos los sentidos. Más de 800 páginas cargadas de vidas, sueños, triunfos y derrotas. Un libro para sumergirte en la Historia de Al Andalus. Una obra para conocer nuestra tierra y amarla aún más. A estas alturas ya habréis comprobado que no he podido ser muy objetivo. De perdidos al río: La Decisión del Califa es la novela que más me ha gustado este año.
Reseña encargada por la Librería Nobel de Almería. Publicada el 28/12/2020
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